Makezugirai no Kyouko-san
La historia se basa en Kyouko-san despidiéndose de su pareja y recibiendo a Taichi el cual hace un comentario de sus grandes senos, una vez este se va con su hijo se encuentra con nada más que el presidente Tamara de la asociación de vecinos.
Este no pierde tiempo en agarrar el trasero de Kyouko, cosa que la incómoda bastante, mientras le recuerda que se viene el viaje de dicha asociación y le pregunta si va a competir otra vez.
Esta competencia, se basó en emborracharlas a ella y a Ayumi-san mientras escribían palabras en sus traseros con los penes de los vecinos y ganaba aquella que acertara más preguntas.
La ganadora tendría una noche con el presidente, mientras que la perdedora tendría que ser penetrada por todos los vecinos, siendo la perdedora de la primera competencia Kyouko-san.
El presidente comienza a provocar a Kyouko diciéndole que no le puede ganar a la juventud e Ayumi y la motiva a ganar dicha competencia.
Para prepararse, tuvo que tener como ayuda a Taichi el cual no se podía resistir a ese gran trasero por lo cual procedía a disfrutar del cuerpo de Kyouko en todo momento.
Pasado el tiempo conoce al senpai de Taichi, y es aquí cuando Minoru pasa a ser la nueva ayuda siendo más grande y experimentado. Minoru embiste fuertemente a Kyouko hasta hacerla acabar mientras aprieta sus senos y los hace brotar leche a chorros cosas que disfruta mucho.
Pasado el tiempo Kyouko mejora sus habilidades hasta sentirse preparada para la competencia, hasta que se llevó la sorpresa de que la competencia cambió y tenían que usar ahora sus senos y no sus traseros. Como resultado perdiendo otra vez.
Como castigo Kyouko pasa a ser penetrada en todos sus orificios por los demás vecinos mientras que Ayumi, pasa a ser dominada por el presidente Tamara, haciéndole sexo oral y siendo penetrada fuertemente hasta que este hace que se vuelva loca de la excitación y termina eyaculando dentro de ella.
Yo soy un buen compañero de entrenqmiento
Los grandes valores que alguna vez tuvo nuestra humanidad se han vuelto un recuerdo lejano… Que tristeza