Wishes – Zummeng
Nuestro protagonista se encuentra huyendo mientras lleva la lámpara de los deseos con él, aunque está siendo perseguido. Durante la persecución es herido gravemente, pero logra zafarse de aquellos que lo quieren capturar lanzándose de un acantilado.
Estos lo dan por muerto así que dejan de buscarlo, sin embargo, él queda con vida, o al menos por un poco más de tiempo. Al llegar a la orilla, saca la lámpara y de ahí sale esta deidad que se reúsa a ayudarlo, pero antes de morir el ladrón la toma y sin más opción lo salva de sus heridas.
Al agradecerle por salvarlo la deidad le dice que ya no le quedan deseos por todos los favores que le ha hecho. Así que sin más opción el chico arriesgó su vida para nada, pero antes de abandonar la lámpara le dice si quiere que la aloje en un lugar específico.
Este pequeño gesto conmovió a la chica y esta accede a darle otro deseo, con la condición de que él primero le cumpla uno. Al preguntarle qué quiere ella le dice que su especie es muy solitaria, por lo que desearía sentir el calor nuevamente.
Nuestro protagonista comienza a chupar sus senos con mucha delicadeza y a tocarla, para después lamer su vagina. Con su larga lengua comienza a probar todos sus orificios introduciéndola profundamente en ellos.
Una vez hecho esto, él se encuentra preparado para penetrarla y embistiéndola contra un árbol termina eyaculando. Luego de esto la toma por los hombros para darle un apasionado beso que enciende aún más la conexión entre ambos.
Ella decide tomar las riendas y colocándose encima de él lo cabalga, luego de un buen rato decide que lo mejor es disfrutar de su otro orificio. Así que, tomando su pene lo introduce en su ano, nuestro protagonista toma de nuevo el control y penetra fuertemente su trasero mientras ella se toca.
Al final vemos como pudo cumplir el deseo de la chica, así que ahora viene el deseo de él. Para su sorpresa, él le pide como deseo que sea libre y salga de las ataduras de la lámpara.
Me gusto quiero segunda parte
Carajo que gran historia
Que hermosa historia uwu, valió la pena